La semana pasada, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio y el Banco Interamericano de Desarrollo realizaron un taller de conceptos y narrativas sobre el cambio climático.
También, esta semana, se desarrolla en el país un encuentro en el que los representantes de naciones de América Latina y el Caribe tendrán la oportunidad de exponer soluciones ante la crisis del cambio climático, y que servirá a los interesados para adquirir mayor conocimiento sobre el fenómeno.
Este evento, dirigido a periodistas y comunicadores con el objetivo de que los presentes se motivaran a escribir de este tema tan importante para el mundo, porque los efectos del cambio climático los estamos sintiendo, y más en países pequeños como el nuestro que sufrimos los efectos con mayor intensidad cada año.
Desde la comunicación, se puede lograr cambios, y más en los países de mayor emisión de contaminación, pues ellos, con sus grandes industrias, afectan en mayor cantidad al mundo, y somos las naciones pequeñas que sufrimos los efectos.
Es que debemos hacer conciencia de que los eventos, relacionados con el cambio climático, cobraron más de 312,000 vidas en América Latina y el Caribe, y afectaron a más de 277 millones de personas entre 1998-2020.
Las naciones de América Latina y pequeños estados insulares que son Antigua y Barbuda, Bahamas, Bahréin, Barbados, Belice, Cabo Verde, Comoras, Cuba, Dominica, República Dominicana, Fiji, Granada, Guinea-Bissau, Guyana, Haití, Jamaica, Kiribati, Maldivas, Islas Marshall, Mauricio, Micronesia, Nauru, Palau, Papua Nueva Guinea, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, entre otros, tienen 15 veces más probabilidades de morir
por un impacto climático.
Vemos hoy como las olas de calor afectan a todo el mundo, con más de 500 fallecidos en España; la paralización del aeropuerto que fue cerrado por las autoridades de Luton debido a un “defecto de superficie” en consecuencia del calor abrasador que golpea hoy al Reino Unido.
En el caso de nuestro país, donde el polvo del Sahara ha llegado con gran cantidad en los últimos años, afectando la respiración, dejando problemas de alergias y altas temperaturas, son producto del cambio climático.
Como periodistas, tenemos que asumir de primera línea la concienciación sobre el cambio climático, porque para ayer era tarde; ya los impactos son directos hacia el planeta, los vemos en los incendios forestales, las muertes de las algas marinas que inundan nuestras playas cada año.
Los efectos están aquí; y como ciudadanos especializados en comunicación, tenemos que tomar nuestras herramientas para hacerle entender que debemos ayudar a nuestro mundo, porque de seguir así, en 50 años, muchos lugares serán desiertos e inhabitables.
El planeta es nuestro mundo, y no hay más opciones; por eso, debemos cuidarlo para que las actuales y futuras generaciones tengan una vida más sana.