Romeo Santos recibió el Gran Soberano correspondiente al 2020 y tras sus palabras dejó una soberana discusión mediática sobre sus orígenes, su sentir patriótico y preguntas como por qué no mencionó a su padre dominicano.
«Yo sé que mi madre es nacida y criada en Puerto Rico, tengo un cariño especial por Puerto Rico, y soy nacido y criado en Nueva York, pero mi corazón se siente dominicano y siempre voy a ser bachatero», expresó Romeo al recibir el galardón.
Además de aplausos, vítores y algarabía, como suele provocar Romeo Santos, también recibió una lluvia de preguntas, observaciones y comentarios en las redes sociales por sus palabras.
«Nos volvió restregar en la cara que no es dominicano», escribió en el Instagram de Listín Diario el usuario Leiram.hz.
«A Romeo no le importan estos premios porque ni viene y hoy vino, le dan el Soberano y nos recuerda que no es dominicano básicamente», escribió Patricia Urbáez en el Instagram de Listín Diario.
«Se pasó en ese comentario», le respondió De Jesús Infante.
Muchos creen que fueron los nervios o las emociones que no incluyó a su padre en el discurso.
Anthony Santos, su nombre real, nació en el Bronx, Nueva York, el 21 de julio de 1981.
Su padre es dominicano, nativo de Moca, según el propio artista comentó en 2019 durante su gira popular por pueblos de República Dominicana.
“Moca, para mí es un placer estar cantando esta noche en la tierra de mi padre, Francisco Santos Arias”, manifestó Romeo ante el griterío colectivo reseñò Listín Diario el 5 de diciembre de 2019.
En ese mismo año dirigiò una felicitación a su padre musical, Anthony Santos «El Mayimbe», y ahí se refirió a su progenitor.
“La mayoría de las personas que sigue mi carrera saben que mi padre biológico se llama Francisco Santos, un hombre ejemplar, a quien amo y daría mi vida por él. Pero este que ven en la foto es mi padre artístico. Conocido como Anthony Santos, El Bachatu, El Mayimbe, Su negrito consentido, el que nadie ha podido con él”, escribió el artista junto a una foto con «El Bachatú».
Romeo siempre ha llevado la bachata, un ritmo autóctono del país, en alto. Más de dos década después de empezar a contribuir al «boom» global de la música en español con «Obsesión», él puede lucir más orgulloso que nunca el cetro de «rey de la bachata» como autor de varios discos de pegada internacional y de ventas inusuales, demostrando que lo suyo fue algo más que una moda.
